La pasión por la música no entiende de edades ni orígenes. Y sino, que se lo pregunten al pequeño Tabi Sánchez que, siempre que su compañero de juegos se despista, corre hacia su amado contrabajo...
Aunque de momento solo controla dos canciones, desde lo alto de su estantería sueña en convertirse en el primer muñeco concertista. Ánimos, ¡querer es poder!
Y el nombre del fukutabi es Paulito, verdad???!!!!!!!
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