15 de enero de 2013

La vida sin móvil...

Hace unos días sufrí la desagradable experiencia de que me robaran el móvil. Fue en el metro y ni me enteré porque me lo quitaron del bolsillo. Más allá de las complicaciones que representa "perder" el móvil: bloquear el número, el terminal, hacer un duplicado de la SIM...etc. Estar unos días sin teléfono resulta muy extraño.
En mi caso, primero sentí cierta angustia. Solo pensaba que me iba a suceder algo malo y que no podría llamar, avisar o llegar a tiempo donde fuera. Por otro lado, desarrollas una sensación incomunicación. Hoy en día si no tienes whatsapp parece que no te enteres de lo que sucede a tu alrededor...
Sin embargo, redescubrí el correo electrónico y hasta recordé lo que significa enviar un sms y, por último, tuve que confiar. Confiar que el tren llegaría a su hora y no tendría ningún problema, confiar en que si había quedado con una amiga a las 17.00 ella estaría allí a la hora y aprendí que no es necesario estar comunicado las 24h del día, porque si alguien quiere hablar contigo siempre encuentra la manera para hacerlo.
Otra lección que aprendí que el móvil en el bolso está mucho mejor guardado que en bolsillo...



9 de enero de 2013

Ulf, el Fukutabi que vino del frío

Este es Ulf  que hace unas semanas tuvo la suerte de visitar Copenhague. Una ciudad llena de vida y cosas que hacer a pesar las temperaturas extremas en invierno. Por eso, antes de ir a la capital danesa Ulf invirtió en tres cosas: una guía para no perderse nada interesante; unas botas resistentes a la lluvia; y una buena bufanda... ya que no hay nada peor que ir de viaje y caer enfermo.
Gracias a su buena planificación tres días dieron para mucho y entre muchas otras cosas no se perdió:

La zona de Nyhavn y sus características casas de colores.


Las inmejorables vistas de la ciudad desde la Torre Circular (Rundetarn).


La espectacular silueta de la Biblioteca, más conocida como Diamante Negro.



El cambio de la guardia en el corazón del Distrito Real .




Y, como no, la Sirenita (Den Lille Havfrue) que inspirada en un cuento de Hans Cristhian Andersen mira hacia el mar desde 1913.