Hace unos días sufrí la desagradable experiencia de que me robaran el móvil. Fue en el metro y ni me enteré porque me lo quitaron del bolsillo. Más allá de las complicaciones que representa "perder" el móvil: bloquear el número, el terminal, hacer un duplicado de la SIM...etc. Estar unos días sin teléfono resulta muy extraño.
En mi caso, primero sentí cierta angustia. Solo pensaba que me iba a suceder algo malo y que no podría llamar, avisar o llegar a tiempo donde fuera. Por otro lado, desarrollas una sensación incomunicación. Hoy en día si no tienes whatsapp parece que no te enteres de lo que sucede a tu alrededor...
Sin embargo, redescubrí el correo electrónico y hasta recordé lo que significa enviar un sms y, por último, tuve que confiar. Confiar que el tren llegaría a su hora y no tendría ningún problema, confiar en que si había quedado con una amiga a las 17.00 ella estaría allí a la hora y aprendí que no es necesario estar comunicado las 24h del día, porque si alguien quiere hablar contigo siempre encuentra la manera para hacerlo.
Otra lección que aprendí que el móvil en el bolso está mucho mejor guardado que en bolsillo...
Sabiduria zen!!!
ResponderEliminarMe encanta!!
ResponderEliminarEntiendo que lo de quedar a las 17h y confiar que llegaría puntual va por mi !!
Es cierto que sin movil o wapp ya no sabemos estar. Me ha gustado mucho lo de confiar :-))))
APM
Tardona! ja, ja, ja
ResponderEliminarEt sens molt vulnerable quant et roben, al marge del tema material i pràctic!! ho sento!!
ResponderEliminarM' encanten els teus fukutabis i m' agradaria que passesis pel meu bloc!!!