29 de marzo de 2012

Tiempos confusos...

La crisis nos acompaña desde hace demasiados meses y, de tanto hablar de ella, nos es tan familiar como aquel vecino ruidoso que nos despierta justo cuando hemos cogido el sueño. La crisis es caprichosa y contradictoria. Nos impulsa a incentivar el consumo mientras nos encarece los precios y nos dice que propiciará el empleo, pero lo que hace es abaratar los despidos. Y, nosotros, vamos perdiendo poder adquisitivo y vivimos instaurados en la incertidumbre. En su nombre nos hacen creer que son normales cosas que no lo son y, lo que es peor, nos hacen perder derechos adquiridos después de largo tiempo. La crisis es miedo y el miedo primo hermano de la apatía. La crisis, es solo una palabra, hay que dejar de hablar de ella y hacer algo...



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