Que la primavera es un poco traicionera en cuanto al tiempo se refiere, no es ningún secreto. Por eso, Dorothy que sabe que la sabiduría popular pocas veces falla, todavía no sale de casa sin llevar alguna de sus bufandas puestas. Le encanta el verano, pero como tejer es su pasión, apura todo lo que puede el tiempo con sus lanas y no abandona las dos agujas hasta que, prácticamente, tiene media pata en la playa. A ver si este año también se cumple el dicho y hasta principios de junio puede hacerlo...
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